Decía Le Corbusier (uno de los más célebres arquitectos del siglo XX) que «la casa debe de ser el estuche de la vida, la máquina de la felicidad». Si desgranamos bien esta frase podemos encontrar un profundo mensaje dentro, en el que se habla del hogar como una carcasa que dota al ser humano de vida, energía y alegría.
En el día de hoy te enseñaremos como transformar tu vivienda con ligeros cambios para darle un estilo completamente diferente.
Sin embargo, muchas veces nuestro hogar, por diversos motivos, se convierte en justo lo contrario: un lugar con mucho ruido visual, que nos produce estrés en lugar de paz y que transmite malas energías al estar en él.
Quizá nunca te hayas parado a pensarlo, pero es probable que puedas realizar pequeñas modificaciones que, unidas, permitan darle un giro de 180 grados a esta situación. Estas acciones no tienen por qué suponer un gran esfuerzo físico ni económico y permiten cambiar el hogar y adaptarlo a tus gustos y necesidades.
El día de hoy veremos 4 trucos sencillos para que puedas pasar de un hogar caótico o que transmita malas energías a uno mucho más armónico y en el que puedas estar en paz y, como decía Le Corbusier, que sea la máquina de tu felicidad.
¿Cómo transformar tu hogar en 4 sencillos pasos?
1. Busca el mejor ángulo para tu hogar
Parece mentira, pero te sorprendería la cantidad de gente que tiene su hogar estructurado de una manera muy poco efectiva, con muebles ocupando mucho espacio y dando sensación de agobio y pequeñez.
Muchas veces, el simple hecho de cambiar la disposición de tu hogar por una nueva puede suponer un cambio igual o más grande que comprar o tirar muebles e, incluso, que reformar alguna parte de la casa. Esto es debido a que tendemos a colocar los muebles y decoración sin probar diferentes puntos de vista, sin darnos cuenta de que posiblemente, colocándolo de otra manera podamos tener muchísimo más espacio libre, más luz o mejor armonía.
Detrás de este truco hay una ciencia muy compleja que explica cuál es la mejor distribución para cada habitación en función de la forma que esta tiene, aunque este es material de otra entrada del blog. Lo importante es que busques la forma que mejor se adapte a tus necesidades, que no tengas miedo a cambiar (siempre se puede volver atrás) y probar diferentes modos de vista.
2. Pequeñas compras para grandes cambios
Vale, ya has cambiado la distribución de tu hogar, pero sigues sintiendo que falta algo… ¿Quizá lo que necesitas es darle una nueva capa de personalización? No hablamos de gastarte una gran cantidad de dinero, sino de realizar pequeñas modificaciones en el estilo y en la decoración que hagan parecer que, cuando llegas a tu casa estás en un entorno nuevo.
Uno de los lugares en los que más puede notarse este truco es en el salón, ya que es donde más juego se puede tener con la decoración y con ligeros cambios que nos permitan darle otro toque sin mucho esfuerzo.
Por ejemplo en el sofá, ¿quizá comprar unas fundas para el cojín de otro color? Puede que ponerle unas blancas haga de tu salón un sitio mucho más elegante o unas de colores vívidos hagan que parezca mucho más alegre y colorido, o, ¿qué me dices de la funda? Son muchas las personas que tienen una funda sobre el sofá, ¿qué te parece cambiarla por una negra sobre una pared blanca para darle una sensación de elegancia que antes no tenía? Tal vez lo que necesitas es una funda con algún estampado para combinarla con ese cuadro que tienes en la pared…
Quizá lo que necesitas es una planta colgante en la pared o una palmera que cubra esa esquina que se queda vacía…
Solamente tú sabes qué puede venirle mejor a cada habitación de tu hogar, pero aspectos tan simples como cambiar los cojines o la funda del sofá pueden suponer un gran cambio a nivel psicológico al entrar en tu hogar.
3. Activa el modo eco
¿No quieres o no puedes gastar dinero? ¿Ya has cambiado los muebles de tu hogar y sigues sintiendo esa sensación de incomodidad? No pasa nada, quizá lo que necesitas no pasa por comprar algo nuevo o ya no puedas sacarle más partido a la ubicación de tus muebles.
Quizá lo que necesitas es reflexionar y aceptar que tienes demasiadas cosas. Es normal, a todos nos pasa. Con el tiempo solemos acumular muchas cosas por la nostalgia o por el «por si acaso» y realmente no le damos uso. Es entonces cuando hay que reflexionar y valorar si realmente necesitamos que esas cosas estén constantemente ocupando un lugar en nuestra casa, con todo lo que ello conlleva.
Y ojo, no tienes por qué tirar todo lo que no uses. Es lógico que quieras guardar cosas, porque tienen un valor sentimental o porque realmente son útiles aunque no las uses en el día a día, pero existen alternativas muy a tener en cuenta para que estas cosas no estén ocupando un hueco en tu hogar y puedas tenerlas en un espacio protegido y seguro.
Hablamos del alquiler de cuartos trasteros. Este tipo de empresas ofrecen una solución cada vez a más personas que ven como su espacio se ve reducido conforme pasa el tiempo y permite guardarlas en un lugar protegido, seguro y accesible.
Una de las empresas líderes en el sector en Canarias es Lenbox Canarias, empresa ubicada en la isla de Gran Canaria y que está en constante expansión para ofrecer cada vez un mejor servicio y a más personas.
Si tienes interés en este tipo de servicios, no dudes en ponerte en contacto con nosotros a través del siguiente enlace y comenzar a disfrutar de la tranquilidad y del espacio en casa.
4. Dale un toque de pintura
Uno de los principales «problemillas» de nuestro cerebro es que cuando se acostumbra a algo, suele prestarle poca importancia y pasarlo por alto. Esto puede suponer un problema de mayor o menor medida en función del grado de adaptación al que ha sido sometido, pero quizá todo lo anterior no sirva de nada y tengas que resignarte a pasar a algo un poco más grande para transformar tu hogar.
Si es así, antes que gastarte dinero en comprar muebles o en reformas, te recomendamos que intentes darle un nuevo toque de pintura a tu hogar, ya que esto hará que el cerebro piense que todo ha cambiado a su al rededor, prestando nuevamente atención y produciendo en él nuevamente esa sensación de que está en un entorno nuevo, cambiado, agradable.
Elige el color que más te gusta, pero ten presente que intente combinar con los muebles de tu hogar y con lo que quieras transmitir cuando entres en la habitación, ya que no es lo mismo una habitación negra, que blanca o amarilla. Una transmite seriedad y elegancia, otra sobriedad y la última alegría.
En conclusión, busca el mejor método para ti, ya que nadie mejor que tú sabes qué es lo que necesitas. Eso sí, te recomendamos realizar esta tarea de manera más o menos asidua, ya que así te costará menos esfuerzo realizarlo que si lo haces cada mucho tiempo.
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